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Leonardo López Luján 
El ídolo sin pies ni cabeza: la Coatlicue a fines del siglo XVIII

Estudios de Cultura Náhuatl, México, UNAM, IIH, v. 42, 2011, p. 203-232.

Recurso digital

El descubrimiento de la Coatlicue –junto con el de la Piedra del Sol y el de la de Tízoc– tiene como marco uno de los periodos más fecundos de nuestra historia cultural, el cual se remonta a las postrimerías de la Colonia. Hablamos concretamente de las tres últimas décadas del siglo XVIII y la primera del XIX, cuando las ciencias y las artes florecieron en el territorio novohispano como nunca antes. En aquel entonces, la enseñanza experimentó un rápido proceso de secularización que intentaba dejar atrás la escolástica, y que tuvo como fruto más preciado la fundación de instituciones vanguardistas, entre ellas el Colegio de Artes y Oficios para Mujeres de las Vizcaínas, la Real Escuela de Cirugía, la Real Academia de las Tres Nobles Artes de San Carlos, la Academia Pública de Medicina y el Real Seminario de Minas. En dicho periodo también abrieron sus puertas el Jardín Botánico y nuevos escenarios para el teatro, el ballet y los conciertos. Paralelamente, varias imprentas, librerías y revistas científicas se entregaron a la tarea de difundir las ideas de la Ilustración europea, las cuales encontraron suelo fértil en la Nueva España. Estas ideas pronto se propagaron y, reinterpretadas por los criollos, insuflaron en el ambiente un espíritu independentista.

Publicado en Estudios de Cultura Náhuatl